sábado, 24 de septiembre de 2011
Despechos antropológicos
jueves, 18 de agosto de 2011
Muerte Pop
martes, 26 de julio de 2011
Ritos y espiritualidad criolla (reflexiones urgentes sobre la cotidianidad venezolana IV)
Esto no quiere decir que las creencias oficiales inveteradas en la nación sean el mejor ejemplo a resaltar, pero al momento de comparar, las distancias son enormes. Tanto así, que por momentos el catolicismo puede percibirse como inocuo al poder sacarse de él (no sin escarbar profundamente) las reflexiones de San Agustín o la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino.
¿A qué viene todo esto? Pues nada más y nada menos a los nuevos-viejos objetos de adoración presentes en el sincretismo venezolano. Un sincretismo que en su vientre alberga desde la chamanería indígena, el sacerdocio y la jerarquización cristiana y los descabellados rituales africanos. Un sincretismo que además de estar generalizado, parece que cada vez gana más y más terreno. Debo resaltar que es necesario excluir ritos y expresiones populares que por la naturaleza de sus objetos de culto no figuran en este ensayo (Chimbangleros de San Benito, Diablos de Yare, etc.).
El Descendimiento de la Cruz (Pontormo). |
martes, 12 de julio de 2011
Recuerdos póstumos, añoranzas oxidadas y otros subterfugios sanchopancescos
sábado, 9 de abril de 2011
Religión light
Conocedores de lo ya sabido, profetas de lo obvio, paleontólogos de lo trivial, escrutadores de lo pajúo; chamanes de la Religión Light se erigen en el provenir como brújulas que yacen orgullosas en estanterías, bibliotecas caseras, estaciones de radio, etc. ¿Que qué? ¿No conoce lo que es la Religión Light? Venga, yo se lo explico.
En un mundo que no invita a la reflexión, sino al consumo obligado de cuanta cosa bonita se coloque en el tapete de la contemporaneidad, la Religión Light aparece como una suerte de culto tácito un tanto sincretista que declara la divinidad del pensamiento del fast-food literario y musical, siempre que éste aparente intelectualidad.
Exponentes del pensamiento profundo como el culo de una hormiga como Deepak Chopra, Paulo Coehlo, Carlos Fraga, Ricardo Arjona, entre otros, so pretexto de poseer un exageradísimo conocimiento enciclopédico que emana por medio de aforismos (o canciones) de fácil entender, son consumidos por las masas. Eso sí, una gran campaña mercadotécnica que pule sus imágenes y los declara “sabios de la postmodernidad”. ¡Y qué se pudra en su cochina tumba Bertrand Rusell!
¡Vamos! Ni Chopra, ni Coehlo, ni Fraga ni Osho han venido de otro planeta a iluminarnos el provenir. Ninguno de ellos ni sus acólitos pertenece a una casta bendita cuya función en la tierra es labrar un camino de luz. No. Ellos son simples mortales que desde su humana, demasiado humana comprensión del mundo, dan una opinión de cómo debería vivirse la vida.
Ahora bien, este mazacote llamado Religión Light, portador de las reminiscencias del New Age, constituye el Intelecto Universal, la norma, la ley, la referencia infaltable al momento de buscar respuestas urgidas: el saber que toda señora de cuarenta y pico de años necesita saber para volcarlo sobre su amiga, el conocimiento que todo galán requiere para impresionar a la vecina con un discurso chueco, y lamentablemente, la muleta que cualquier adolescente puede tomar para darle sentido a su existencia. La Religión Light tiene un espacio en nuestra sociedad que no debería tener. Por lo menos no tanto. Por ello, le llegó la hora del chalequeo.
Si bien es cierto que una supuesta buena intención puede estar detrás de estos autores y/o compositores (sin dejar de apartar el lado comercial, claro está), no es menos cierto que lo que ellos arguyen es simple y llanamente una forma de ver la realidad sin haber probado que lo que dicen es cierto. En otras palabras, ¿una palabrita dulce y machucadita es suficiente para darle sentido a esta turbulenta existencia? Pareciera que quienes acuden a esta ayuda nebulosa no quieren ver la realidad tal cual es, sino edulcorarla para hacerla menos tortuosa. ¿Válido? Claro que es válido, pero no por ello deja de ser miserable.
Por tales motivos, he elaborado una lista de “patologías del alma moderna”, en las que considero necesario resaltar la podredumbre de estos pseudoescritores, que no dejan de poner en evidencia que los pensadores críticos escasean en la actualidad. En el Manual de terrorismo físico (2008) está:
· Arjonitis: inflamación aguda de las capacidades cognitivas, la cual generalmente se hace presente en el sexo femenino. Con frecuencia se presenta a partir de la adolescencia. Se caracteriza por una reducción de la capacidad para focalizar y sostener la atención. Hay presencia de alucinaciones auditivas, en su mayoría sin sentido. Verborragia, dislexia, catarsis de neologismos incongruentes relacionados con relaciones amatorias. Quien padece esta terrible enfermedad puede hallarle sentido a una frase loca como: “Tú amor es una trocha que desayuna cauchos tiesos en Bolivia”.
· Coehlofagia: afección psíquica que consiste en “devorar” libros de Paulo Coehlo para asistir frenéticamente a reuniones o actividades sociales y atormentar a los concurrentes con frases empaquetadas de Fedex. Egocentrismo exacerbado, delirium, histeria, con frecuencia se hacen presentes brotes psicóticos al tratar de contener la palabrería cursi. Quien padece coehlofagia puede durar nueve horas seguidas relatando epopeyas tediosas sin tomar agua o evocar frases como “El sendero de la luz se proyecta en nuestras almas en cada amanecer, bajo el firmamento portentoso de una sonrisa amiga”. Se recomienda farmacoterapia o tratamiento electro-convulsivo.
· Fragocitosis cerebro vascular (FCV): trastorno grave de la personalidad producido por ver dos capítulos seguidos del show de “Carlos Fraga”. La afección suele consistir en ataques de histrionismo incontrolable, balbuceo, temblores, sensación de euforia y “habla bonita”. La persona puede adoptar una indumentaria fashion como consecuencia de internalizar la imagen del conductor de TV – psíquico – astrólogo – modisto, locutor – vidente – mago – ilusionista venezolano. Se recomienda terapia racional emotiva conductual o un buen neurólogo.
· Oshoshitis crónica: sociopatía de extraña procedencia que consiste en convertirse en “hippie a juro”. Caracterizada por cambios de humor, ralentización de la coordinación motriz, sonrisa constante y sin motivo aparente, indumentaria astrosa para lucir intenso. Sólo se conoce tratamiento homeopático.
· Chopralitis esquizoide: peligrosísima afección psicológica, más peligrosa que mono con metralleta. El que la padece se “cree la gran vaina”. No hay forma de bajar de la nube al afectado. Un discurso embadurnado de astrología con física y mecánica cuántica describe el terrible trastorno. La enfermedad puede producir cambios en la personalidad como la adquisición de una vestimenta de bohemio de “Bellas Artes”. Hay alucinaciones, sentimientos de grandeza, delirios de fortuna. Se diferencia de la coehlofagia en que el chopralítico es generalmente un atormentado, odioso, malhumorado, que cree que se la está comiendo. Se recomienda encerrona con una mujer de dotes extraordinarios pa’ que se le quite esa pendejada.
· Síndrome de Sanz: padecimiento prolongado, doloroso, sin cura. Se considera la peor de las patologías del alma moderna. El síndrome de Sanz es un trastorno psicoacústico que consiste en un terrible mal gusto por la música. Produce un corte irreconciliable con la realidad al haber declaraciones del afectado como “Maná es el mejor grupo del mundo”, “Quisiera tener la voz de Daddy Yankee”, “La profundidad de las letras de Wisin y Yandel es bárbara”. Afortunadamente, al afectado le aparecen pelos en las manos, le sangran los oídos y se le arruga el rostro. Se recomienda no acercarse a la radio para no contraer la enfermedad, especialmente cuando suena una pieza que habla de un tal “corazón partío”.
Para la sociedad será imperdonable haber dejado de lado a quienes de verdad metieron las manos en el fango de la realidad para dar una respuesta clara, contundente, científica, ajena a toda superstición chambona y ridícula. Freud, Marx, Nietzsche, Camus, Skinner, Vargas Vila, Fernando Vallejo, entre otros, supieron plasmar a nivel literario o científico respuestas a muchas interrogantes, no del lado de la cursilería barata, sino del pensamiento. Los invito a seguirlos.
Destacados arjonólogos y especialistas en la materia, han determinado el Indice de Sinsentido con la intención de llevarlo al campo psicológico y médico: "El sinsentido, independientemente del contexto, se mide en Arjones (arjón: unidad físico-matemática del sinsentido) (0.1 arjones; 0.45 arjones). Nunca se llega a la unidad. Sin embargo, el máximo nivel de ridiculez y cursilería cotidiano-pavosa se expresa en Sanzos. Un sanzo equivale a 700.000 arjones" tomando como referencia, claro está, la escala arjónica.
Es por este motivo que la Religión Light debe desaparecer y ser reemplazada por un movimiento pragmatista que le dé a este bochinche ideológico un verdadero cauce.
domingo, 20 de marzo de 2011
Alirio...
He decidido dedicar un pequeño espacio para rendir homenaje a uno de los mejores guitarristas clásicos del mundo: Alirio Díaz. Insigne venezolano que ha ofrecido desde mediados del siglo pasado la mejor demostración de técnica y estilo en la ejecución de las piezas que interpreta. Aquí dejo una muestra, mientras como una jalea de mango verde....
jueves, 17 de marzo de 2011
Ser, filosofía, eternidad y psicología
domingo, 13 de febrero de 2011
La naturaleza antinatural del amor
Luego de haberme ausentado por motivos académicos, escribo este post para hacer unas breves reflexiones sobre uno de los sentimientos que, sin duda alguna, marcan la vida de quien experimenta el elixir (o el flagelo) del amor.
¿Es el amor es un arte? Para amar de verdad se necesitan cualidades que se forjan a través de la práctica, de la constancia. Yo iría más lejos: el amor es una actitud.
Debido a que muchas veces es imposible amar sexualmente a quienes deseamos, modificamos el contenido de nuestros deseos, aunque en esta fecha no pareciera ser la música, ni la pintura, ni la poesía los mecanismos de sublimación, sino la compra-venta de objetos. Sí: todo parece indicar que el amor, en pleno siglo XXI, es un fetiche. Aunque ya sepamos que el porvenir de nuestras relaciones esté condicionado por la intensidad de la estimulación, bien sea ésta sexual, verbal, afectiva, etc., y por el desvanecimiento de la efectividad de los estímulos “amorosos”, conviene seguir sublimando el amor, pero no de la manera en que nos lo ha impuesto este desastroso contexto ultramoderno, sino por medio de actitudes realmente humanas. Yo propongo una: el respeto. No puede haber ninguna demostración de amor que no parta del respeto. Propongo otra: el eterno retorno: el enchapado a la antigua.
¿Por qué esta sociedad se habrá empeñado en convertir la expresión artística del amor en anatema? ¿Es que acaso la voz de Alfredo Sadel no fue lo suficientemente amorosa para humedecer los nichos de amor de las primaverales escuchas? ¿Por qué se extinguió la serenata? ¿Es que acaso un aparatucho cagalitroso made in China puede tener más carga afectiva que un romance musical? Sencillamente, nuestra Venezuela de rojos destinos desnaturalizó la verdadera esencia del amor.